En http://www.dignasdeadmirar.wordpress.com/ abrimos una sección de entrevistas, tuvimos el honor de entrevistar a la actriz Susana Benavides para inaugurar las Entrevistas DDA.
Dignas De Admirar
Susana Benavides (Actriz)
DDA: Para los que aún no lo saben: ¿Quién es Susana Benavides?
Susana: (Risas) ¡Imagínate! Ni yo sé quién es, no mentira. Susana Benavides, yo creo que esto te lo pueden responder mejor mi mamá y mi papá que fueron y han sido mi inspiración ante todo, pero en general te puedo decir que soy…oye que pregunta tan cómica. Creo que nunca me he sentado a pensar “¿Quién soy?”. Pues, soy una mujer con un sueño desde chiquita. Siempre quise ser actriz, nunca tuve duda sobre eso, siempre se lo dije a mis padres y ellos me apoyaron en todo momento. Vengo de una familia donde los padres son proactivos en todo lo que queramos, pobrecitos porque han sufrido mucho también por eso (risas), lo sé, han sufrido con nosotros todo nuestro proceso. Pero, además de todo, soy una pisciana 100% y soy obviamente la más dramática, soy obviamente la más soñadora, me cuesta a veces pisar el piso, literalmente y valga la redundancia, pero mis padres me han educado de una manera tan maravillosa y me han dado ese amor tan grande que siento que puedo hacer lo que quiera, independientemente de que lo logre o no, si lo intento es suficiente.
DDA: ¿A qué edad empezaste a actuar?
Susana: Empecé a actuar, sinceramente, a los 11 años. Aunque me gustaba desde pequeña, estaba en otras actividades porque estaba como buscándome. Yo hice de todo, toqué órgano, estuve en danzas, bailé tap, bailé joropo, estuve en clases de gimnasia rítmica, estuve en el coro del colegio, estuve en todo lo que te puedas imaginar porque yo estaba en la búsqueda de algo pero, obviamente, todo iba por la parte artística. El primer curso de teatro lo hice en Corp Banca, que en aquel momento era el Banco Consolidado, y desde la primera vez que pisé las tablas y comencé a hacer el curso de actuación… eso fue una emoción tan grande que cuando yo llegué a mi casa no podía explicar con tantas palabras lo que había hecho ese día y mi papá me decía –“¡Pero cálmate, respira!”- y yo decía –“Es que esto es demasiado, es demasiado”- y bueno, a partir de ahí empecé a estudiar y a hacer diferentes talleres, cada uno siempre más intensivo que el otro. Recuerdo que mi primer personaje fue en “La Odisea”, imagínate, con 11 años hice el papel de Penélope… complicado para esa edad, pero excelente, me encantó mucho.
DDA: ¿Qué te llamó la atención del mundo de la actuación y que te llevó a pensar “Yo quiero ser actriz”?
Susana: Lo que más me gusta del mundo de la actuación es la capacidad que puedes llegar a desarrollar para afrontar diferentes personajes, sobre todo la parte creativa, como comienzas a trabajarlo, a estudiarlo, a investigarlo, el cómo puedes llegar a transformarte y que una persona cuando te vea, realmente, no te reconozca, además de conocer el mundo interno del personaje que estás interpretando. Creo que eso es lo más maravilloso, aunque llega un momento en que te puedes llegar a perder, esa parte también hay que trabajarla. Recuerdo haber estado en una obra donde hice el personaje de Fausto y era como de demonios y me paraba en las noche gritando y estaba como un poquito enajenada y mis papás me tuvieron que decir –“¡Ok, ya va! Tienes que separar una cosa de la otra”- y me tocó aprender a hacerlo, porque si uno se queda con los personajes pasa como en muchos otros casos que hasta llegan a suceder desgracias.
DDA: Estudiaste artes en la Universidad Central de Venezuela, pero dejaste la carrera para entrar a un programa de formación actoral de la Compañía Nacional de Teatro. Cuéntanos como fue esa transición ¿Fue difícil tomar la decisión de abandonar tu carrera en la UCV para empezar a formarte como actriz?
Susana: ¡No! Porque me equivoqué (risas). Me equivoqué porque yo venía de estudiar inglés afuera, en Indianápolis, y vi en una universidad como se estudiaba actuación y, por lo menos en general, en las universidades de Estados Unidos cuando estudias actuación te dan, por supuesto la parte teórica, pero también te dan baile, canto, o sea que sales súper preparado. Cuando llego aquí y decido que, bueno, lo más cercano a una carrera universitaria para poder complacer a mis padres era Artes en la Central, pero no tenía nada que ver… era todo realmente teórico y yo sentía que me estaba consumiendo en el pupitre, sin quitarle mérito a la carrera, simplemente no iba conmigo, yo no soy mucho de estar sentada. Entonces, bueno, empiezo a investigar sobre otros talleres y otros cursos, pero consigo algo muchísimo mejor que es la Compañía Nacional de Teatro, todo país tiene una Compañía Nacional de Teatro, aquí también hubo una… y fui afortunada al haber estudiado allí. De por sí, entras tras audiciones, es súper difícil entrar y súper difícil mantenerse porque van haciendo cortes cada trimestre hasta que dejan a un grupo definitivo. Por eso no fue nada difícil la transición, cuando quedé fui a hablar con mi papá y le dije –“Esto es lo que yo quiero hacer. Intenté lo otro, gracias, pero no puedo”- (risas) y entré a la Compañía Nacional de Teatro.
DDA: Háblanos de tu participación en la película “Secuestro Express”
Susana: (Risas) ¡Woow! “Secuestro Express” fue muy importante porque conocí a Mía Maestro, mi trabajo era directamente con ella, que era la protagonista. Una actriz argentina, que además tenía que hablar como perfecta sifrina caraqueña… quitar un acento argentino es algo sumamente ¡complicado! Y ella pidió que su coach de acento fuera actriz, porque la verdad es si le ponían a cualquier otro profesor de dicción, le iba a quitar el acento, pero no iba a hablar con la intención de como habla una caraqueña, de cómo puede “mandibulear”, de cómo puede ser un poco sifrina porque, además, ese era el personaje de ella. Mi experiencia fue intensísima, creo que en ese momento aumenté como unos 7 kilos, todas las grabaciones eran de noche y yo tenía que andar con unos audífonos puestos. Nos preparamos un mes antes y ensayábamos todas las frases, le enseñé a decir las groserías, le enseñé a pronunciar la “ñ” porque los argentinos dicen mucho “ñio” y no “…ño” (risas) no dicen “toño” como redondo (risas), entonces le enseñé a decir todas esas cosas y bueno, claro, cuando estábamos grabando yo tenía que estar con los audífonos puestos junto con el sonidista escuchando todas las frases y pendiente porque, si se le salía el acento, yo tenía que salir corriendo a decirle como se pronunciaba. Al final ella me dio mucho crédito y hubo muchas cosas lindas que ella decía de mí, recuerdo que una de las cosas que ella me dijo era que el personaje 50% de ella y 50% mío porque yo al final era un eco (risas), yo era como el eco porque fue muy poco tiempo, pero lo hizo muy bien, la verdad es que el trabajo de ella fue impecable. Fue agotador, porque era toda la noche, comías de noche porque si no te quedabas dormido… toda la película transcurre en un secuestro de noche, y yo dormía de día y comía en la noche, pero fue una gran experiencia y todavía sigo siendo amiga de Mía Maestro.
DDA: ¿Cómo fue tu experiencia en la academia de actuación de venevisión?
Susana: La experiencia en la academia de venevisión fue, realmente, muy buena porque tuve excelentes profesores: Felicia Canetti, Giovanni Reali, Héctor Manrique… de los que recuerde ahorita, y también conocí a mis amigas: mis “desesperadas”, yo creo que eso es lo más bonito y como eso no hay nada. Conocí mucha gente del medio que, precisamente, nos conectamos y hemos trabajado juntos. He trabajado con Malena González, con César Flores y era como una escuelita, de verdad, era como haber retrocedido en el tiempo. Nos sentíamos como en un colegio y nos comportábamos de la misma manera (risas), pero hubo mucha unión y fue muy divertido e intenso, porque eso era todos los días desde las 7 de la mañana hasta la 1 o 2 de la tarde, como por dos años ¡súper intenso! Y en la tarde a preparar los ejercicios para el día siguiente. Yo la recomiendo, no sé cómo está ahorita, no sé si está vigente, no sé si está activa, pero fue muy buena y conocí gente muy chévere, incluyendo a las “desesperadas”.
DDA: De las cosas que recuerdas de esta academia ¿Cuál es tu anécdota favorita?
Susana: (Risas) No la puedo contar, es la primera que se me viene a la cabeza, pero no la puedo contar (entre risas), pero te voy a contar otra…es que, como te digo, éramos una escuelita y entonces hay cosas que se quedan en la escuela. Cualquiera de ellos que lea esto, tal vez pueda entender que no puedo contar, específicamente, algo (risas)… ¿qué anécdota? No sé… te puedo contar que, lo que nos pasaba cada vez que íbamos a hacer un casting, que fueron una que otras veces… eso era un estrés y unos nervios tan terribles que yo me acuerdo, muchas veces era que o tenías que ir vestido de una manera o tenías que ir vestido de otra y toda la gente de la academia estaba tan loca, porque todos estábamos con un estrés y nadie veía al otro y nadie hacía nada y todo el mundo estaba pendiente era del estrés de que íbamos a hacer un casting en venevisión, y era cruzar la calle porque estábamos en frente, pero no estábamos dentro de venevisión, o sea, la academia era al lado. Pero una cosa era esatr allí y otra era cruzar la calle para entrar al canal y hacer el casting… pero que yo te diga una anécdota así… chica, no sé ¡paso! (Risas)
DDA: Le diste vida a Pasión en la telenovela de Manuel Mendoza “Se solicita príncipe azul”. Cuéntanos un poco de eso y si recuerdas alguna anécdota divertida.
Susana: ¡Pasión! La anécdota más divertida de Pasión, a ver, creo que fue cuando viajamos a Bejuma. Nos tocó viajar a Bejuma a hacer unas escenas allá con Daniela Alvarado y era muy gracioso porque era una escena de que estábamos en una fiesta en el pueblo y teníamos que comer carne en vara, pero de una forma muy graciosa y ya eran como las 2 o 3 de la mañana y todo es muy divertido al principio, tú bailas y estás chévere en la escena (entre risas) y comes carne en vara, pero cuando ya son las 3 de la mañana y haz hecho como 38 repeticiones de la misma escena ya la carne en vara no te baja por la garganta (risas). Creo que esa fue una de las escenas más divertidas porque, la verdad, ya llegó un punto donde no podíamos comer más carne, ni bailar más, ni cantar más canciones (risas), pero eso fue muy gracioso.
DDA: Fuiste Miss Miranda y representaste a Venezuela en un reinado que se realizó en Colombia. ¿Cómo llega esta oportunidad a tu puerta?
Susana: (Risas) Eso llegó porque yo era de una agencia de modelaje y como yo era teatrera, era muy hippie, aunque no parece, pero si lo fui. Y era muy mamarracha, todavía me queda algo… entonces, recuerdo que ellos me querían quitar la tendencia que tenía a jorobarme, todavía lucho un poco por eso. Hay un concurso que se llama el “Reinado del Joropo” que hacen las agencias, realmente, no es algo que lo hace el Miss Venezuela y nada por el estilo. Las agencias de modelaje seleccionan a una participante, viene alguien de Colombia, nos ve y dice si está bien. Lo más loco de todo esto es que las personas que de verdad me conoces saben, va a sonar feo lo que voy a decir pero lo tengo que decir, que yo no soporto el joropo. Soy venezolana y me gusta la gaita, me gusta el tambor, pero el joropo ¡no lo soporto¡ Y lo más loco que me pudo haber pasado fue haber sido Miss Miranda, que además no tiene nada que ver con el llano, en Villavicencio – estado Meta, vestida de llanera y bailando escobillao (risas) que es una de las cosas más complicadas que, creo yo, que existen; porque no es como uno conoce aquí el joropo, el escobillao es una cosa totalmente diferente, súper rápido, el dolo en la batatas ¡no es normal! Yo sentía que me iba a desmayar y una de las pruebas era que teníamos que bailar por un minuto y con un jurado viendo la técnica que me enseñaron allá y tuve que cantar joropo también y me presenté en un ¡joropódromo!… (Risas) mi hermano me decía –“Susana, por Dios”- y mi gran entrenador, Luis Arguinzones, dijo –“Ay comadre, lo que usted ha hecho por ser actriz”- ¡Ciertamente!
DDA: “Una Mujer Como Tú” es “Digna De Admirar”. Háblanos de tu web y de todas las cosas maravillosas que podemos encontrar en ella.
Susana: Una Mujer Como Tú (@UnaMujerComoTu) nace de la idea de compartir con las mujeres, de ser generosa con las mujeres y de romper ese paradigma de que las mujeres no nos ayudamos y somos egoístas y no decimos que nos hizo bajar los 10 kilos, sino que dicen –“Ay sí ¿te parece? No sé, no estoy haciendo nada”- ¡mentira! Sí estás haciendo ¡cuenta!… Entonces yo creo que nace desde ese punto, porque yo aprendí muchas cosas sola: aprendí a maquillarme sola, a arreglarme sola, a comer bien, aprendí muchas cosas en el camino; y yo tuve una transformación, yo de adolescente era más gordita, tuve frenillo y tuve acné; una serie de cosas que después yo misma solventé, con ayuda de profesionales también, pero digamos que entendí mi cuerpo, entendí que me funciona, y ¡muchas otras cosas! Y, claro, la gente que pasó mucho tiempo sin verme y me volvió a ver; decían –“¿Qué pasó contigo? ¿Qué te hiciste?”- Y se volvió una preguntadera continua y dije –“bueno, pero ¿por qué yo no comparto esto?”-. Siempre me ha encantado todo esto, los cosméticos… de por sí yo estudié en Estados Unidos y me gradué de Skin Care Specialist y decidí hacer esta página (www.unamujercomotu.com) para compartir con las mujeres todas las cosas que yo conozco y que he probado. Antes decía –“No soy médico, no soy cosmetóloga…”- ahora digo –“no soy una serie de cosas, pero ahora sí soy cosmetóloga y esteticista”- ahora sé un poco más de la materia y me encanta poder compartirlo con otras mujeres que, además, me responden de todas partes de Latinoamérica, hay un foro, la gente puede comentar los artículos y de verdad que ha habido un feed back bien chévere.
DDA: Tu más reciente proyecto es la serie que, junto con tres de tus amigas, es transmitida por internet: “Actrices Desesperadas” ¿Por qué decidieron crear esta serie que para muchos es algo admirable y para unos cuantos una osadía?
Susana: Porque, irónicamente, ya no estamos desesperadas. El proyecto nace de la madurez, de haber pasado una serie de cosas que la gente desconoce y de que hay mucha ignorancia en cuanto al tema. A mí me da mucha risa cuando la gente me pregunta –“¿Y por qué tú no estás saliendo en televisión?”- Me provoca decir –“¿Por qué crees tú? ¿Que eso es tocar la puerta y ya? ¡No es así!”- Hay cosas que la gente no sabe; que si a uno se lo hubiesen dicho más joven, uno hubiese sufrido menos… hubieses tenido otras opciones o te hubieses, ya sabiendo, lanzado con todo. Nace, precisamente, porque dijimos que a nosotras lo que nos interesaba era actuar, no importa como… y con toda esta innovación de YouTube y las redes sociales; te abre un espacio para crear tu propio canal que, además, lo pueden ver en todas partes, no dependes de unos ejecutivos, no dependes de un manager, no dependes de nadie, no hay restricciones y puedes hacerlo tú misma bajo tus parámetros. Básicamente, nace porque queríamos hablar de lo que pasa en realidad; sin embargo, es basado en nuestras experiencias. Sabemos que no todos los casos de las personas que están en televisión o en cine o en teatro han sido como lo que nosotras hablamos, de eso estamos clarísimas, nosotras no estamos hablando de nadie; nosotras hablamos de nuestras cosas y, bueno, si hay algún parecido con alguien más es pura coincidencia (risas), esto es lo que nosotras hemos vivido.
DDA: ¿Cómo ha recibido el público este nuevo proyecto?
Susana: Me parece que ha sido muy buena la receptividad, en general, a la gente le ha parecido valiente; yo creo que sí lo es, pero vuelvo y repito, no tenemos absolutamente nada que perder. Cada una hace con su vida otras cosas y esto es una oportunidad que nos estamos dando y estamos súper motivadas, mucho más unidas que nunca y divirtiéndonos un montón ¿Qué más puede importar? Por supuesto, nos importa la gente que lo ve, nos importa que la gente conozca esa realidad que, a veces, le toca a otras personas que no tiene nada que ver con el medio; porque, la verdad, es que cuando hablamos de que a veces las cosas funcionan por palancas eso es en muchos trabajos, no solamente en la actuación. Hemos recibido mucho feed back de ese tipo, hay personas que nos dicen –“A mí me pasa lo mismo y eso que estoy trabajando en una oficina”-. Es muy difícil luchar contra eso, de verdad que lo es, lo único que nos queda es ser perseverantes, ser constantes y buscarle la vuelta… y si no estás conforme con un trabajo ¡irte! Nada haces ahí. Hubo alguien que nos escribió una vez –“¿Y no les da miedo que se les cierren la puertas?”- y yo digo –“15 años tocando puertas, o sea, las puertas la venimos a tumbar, no nos importa, es nuestra puerta ahora, no es la puerta de más nadie”- Y fíjate que ahorita, mientras nosotras estamos hablando, Angie está grabando en un canal ¡la llamaron!
DDA: ¿Qué planes y que otros proyectos tienes para el 2012?
Susana: Bueno (risas), tengo planes familiares. Vivo entre Costa Rica y Venezuela y eso hace que tenga dos vidas (risas), dos casas, dos familias; y es que en la medida en que vives en diferentes sitios tienes una vida de un lado, una vida en el otro, unas cosas y una ropa de un lado y otra ropa en el otro, a veces no sabes dónde están las cosas (risas). Te puedo decir que, por ahora, seguimos con “Actrices Desesperadas” que hasta ahora es lo que tenemos planteado. Nos gustaría hacerla en obra de teatro, ya se está trabajando en la estructura para teatro, pero eso lleva muchísimo más tiempo para que quede algo bien hecho, y como no estamos apuradas, no tenemos ya ningún apuro y somos nosotras mismas las dueñas de nuestro tiempo; y, por supuesto, ¡muy pacientes! Entonces, por ahora seguir con “Actrices Desesperadas”, probablemente hagamos la obra de teatro en el 2012, y yo con mi viajadera, dedicada a mi familia, a mi esposo y bueno, esperemos a ver qué pasa el año que viene.
DDA: Para Susana Benavides ¿Quién es Digna De Admirar?
Susana: Creo que cualquier persona que sea emprendedora, que tenga fe, que no se deje amilanar por los obstáculos y que, además, tenga un alma noble, limpia; esa es una persona Digna De Admirar. Yo te podría decir que, para mí, mi madre es una persona Digna De Admirar.
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